Introducción
Dar el primer paso en «la autopista que conduce al Infinito»
Un sendero completo hacia la Bienaventuranza
Paramahansa Yogananda solía referirse al sendero del Kriya Yoga, con sus técnicas científicas de meditación, como «la autopista que conduce al Infinito». En lugar de deambular por rutas secundarias de curiosidad intelectual o perder el tiempo en otras sendas espirituales, deberíamos buscar aquel camino que nos lleve directamente a experimentar la divinidad en nuestro interior. Paramahansaji halló en el sendero del Kriya Yoga el método más eficaz para alcanzar la meta más elevada de la religión y, en efecto, de la vida misma: la unión con la Bienaventuranza.
La sagrada ciencia del Kriya Yoga contiene la esencia del Raja Yoga. Consiste básicamente en técnicas de meditación cuya práctica fiel conduce a un estado de quietud interior que nos permite percibir nuestra naturaleza inherente como almas y nuestro infinito potencial.
Conforme avancemos sin cesar hacia la meta suprema de la conciencia de la Bienaventuranza mediante el estudio y la aplicación regulares de los principios y las técnicas de meditación que enseña SRF, experimentaremos el desarrollo natural de una tangible paz interior y de otras cualidades del alma que forman parte de la evolución equilibrada y del bienestar del cuerpo, la mente y el espíritu.
A instancias de su linaje de gurús divinamente iluminados —Mahavatar Babaji, Lahiri Mahasaya y Swami Sri Yukteswar—, Paramahansa Yogananda trajo al mundo un sendero espiritual que es a la vez profundo y práctico. Abarca todas las fases de la búsqueda espiritual y nos enseña a llevar la conciencia espiritual y la verdadera devoción a cada aspecto de nuestra vida diaria. Con esta enseñanza completa, quienes buscan elevar su conciencia y alcanzar la iluminación pueden lograr una transformación total.
El Gozo Divino: aquel que perdura
A pesar de nuestros diversos logros en la vida, a menudo nos queda una sensación de vacío o de falta de un objetivo. Las enseñanzas de Paramahansa Yogananda sobre la meditación del Kriya Yoga nos brindan las herramientas necesarias para llenar ese vacío, para extraer de nuestro interior toda la paz y el gozo del alma.
«El Gozo Divino perdura más que cualquier otra cosa —decía Paramahansaji—. Es imperecedero. Cuando todo lo demás se esfuma, ese Gozo permanece». Al empezar a descubrir ese gozo eterno mediante la práctica de las técnicas de meditación, también aprendemos a conservarlo en la vida diaria, para animar y dar vitalidad a todas nuestras otras actividades. Cada vez más, manifestamos felicidad —y ecuanimidad— mientras perseguimos el éxito en cualquier ámbito, sean cuales sean los obstáculos que se nos presenten.
Modelar nuestra vida según el ejemplo de las «Mentalidades diamantinas»
En nuestra búsqueda de la Bienaventuranza, podemos obtener grandes beneficios si seguimos el ejemplo de aquellos que han alcanzado la realización que buscamos, y que nos ayudan activamente a avanzar hacia la meta que brilla ante nosotros.
«El sol brilla por igual sobre un trozo de carbón y un diamante colocados uno al lado del otro a la luz del sol —decía Paramahansa Yogananda—; pero el diamante refleja la luz, mientras que el carbón no lo hace. Los que se han convertido en diamantes espirituales reflejan el esplendor del sol de la conciencia de Dios […]. Los Grandes Maestros son las mentalidades diamantinas cuyo ejemplo debemos adoptar para guiar nuestras vidas. Seguirlos significa encontrar una salida rápida y directa [de la prisión de las limitaciones] hacia la liberación divina».
En su Autobiografía de un yogui, Paramahansaji describe con vívido detalle la vida de los grandes maestros de este sendero, así como su importancia para comprender la riqueza espiritual de lo que el Kriya Yoga puede brindar a quienes lo practican fielmente. La búsqueda de Dios que emprendió el propio Paramahansaji, narrada en su autobiografía, ofrece uno de los testimonios más contundentes del poder transformador de esta ciencia sagrada y de las bendiciones que otorga a quienes emprenden este sendero a la Bienaventuranza.